El acumular grasa en nuestro abdomen no se debe exclusivamente a causas genéticas, al paso del tiempo o la edad. La famosa curvita de la felicidad crece ayudada de un estilo de vida determinado, lleno de comidas “rápidas” (demasiados fritos, hamburguesas, bollos, etc…), bebidas llenas de calorías vacías y escasa rutina de ejercicio o movilidad física.
El llevar una vida que nos agrada es la clave para sentirnos bien y con salud y en este contexto un abdomen más o menos pronunciado puede ser algo irrelevante para nuestra satisfacción vital. Pero en muchas personas con riesgo sería recomendable comenzar a controlar a tiempo la acumulación de grasa en esa zona en particular. Además, se sabe que el depósito de grasa abdominal es un factor de riesgo mayor ya que se pueden derivar muchos problemas graves de salud (cardiovasculares, metabólicos etc).
Una práctica web de vida saludable recomienda estas pautas de ejercicio que consisten en centrar al máximo el esfuerzo en esta zona del cuerpo para evitar que se quede atrofiada y acabe siendo un depósito fácil de grasa.
- Para comenzar nos tumbamos de lado apoyados sobre nuestro brazo doblado con el antebrazo sobre el suelo y la palma de la mano hacia abajo. La otra mano la mantenemos levantada por encima de la cabeza siguiendo la línea de nuestro cuerpo que tiene que permanecer recto siendo los únicos puntos de apoyo el lateral de un pie y el antebrazo.
Es un ejercicio que actuará como un corsé en nuestra barriga, pero que podemos hacer más efectivo si nos acostumbramos a caminar apretando el abdomen ligeramente. De esta forma potenciaremos más los efectos del ejercicio y nuestro abdomen lucirá mejor.
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