Hoy he recibido esta advertencia a través de USP Hospitales. Podemos reflexionar acerca de este síntoma que esconde insatisfacciones, ansiedades, miedos y mucho estrés ante el panorama actual.
"Dolores de cabeza al despertar, daños en la mandíbula, dolor
de oídos, problemas en la alineación y mal estado de la dentadura… Todos son
consecuencias del bruxismo, una dolencia muy común y que en los últimos años se
ha extendido entre la población adulta por motivos que nada tienen que ver con
la propia salud bucal.
Según explica el Dr. Antoni Arcas, responsable del Servicio
de Cirugía Maxilofacial, Implantología y Estética Facial de USP Dexeus: “las
causas del bruxismo son muchas pero en los últimos tiempos han aumentado los
casos producidos por el modo en que las personas adultas asimilamos y
exteriorizamos la tensión; es decir, el estrés que produce la situación de
crisis, la pérdida de empleo o el miedo y la inseguridad ante la situación
económica actual”.
Estos pacientes llegan a la consulta con una serie de
síntomas típicos: malestar al intentar cerrar la boca, dolores de cabeza,
marcas de dientes en la lengua y daños en la parte interior de las mejillas,
mal aliento o desgaste en el esmalte (incluso, en casos más graves, algunas
piezas dentales, debilitadas, están flojas y llegan a desprenderse).
Los casos de bruxismo, en estos últimos años, vienen
acompañados generalmente por problemas de insomnio: “Muchos pacientes sufren de
insomnio psicofisiológico producido por la ansiedad”. – apunta el Dr. Arcas.
“El estrés durante el día condiciona por la noche la aparición de pesadillas,
así como del propio bruxismo. También encontramos cada vez más pacientes que
empiezan a tener este tipo de problemas por el cambio brusco de hábitos debido
a la pérdida de empleo, que trastoca su rutina del sueño”.
Existen dos grandes tipos de bruxismo: el céntrico,
generalmente diurno, que produce menor desgaste dentario pero mayor afectación
muscular; y el excéntrico, que se
produce durante la noche y en el que la persona aprieta los dientes a la vez
que los mueve, produciendo un gran desgaste dentario.
La clave está en prevenir para minimizar sus efectos, lo cual implica hacer un
diagnóstico adecuado. Si el paciente sufre de bruxismo durante el día, es
importante enseñar al paciente que su situación, su estrés, le está haciendo
apretar los dientes sin darse cuenta. Debe verlo para ir perdiendo ese hábito
que acabará ocasionándole problemas no sólo a su dentadura. A este tipo de
tratamiento se le denomina de “autofeedback”. En el caso de bruxismo nocturno,
se recomienda el uso de férulas de descarga. “Se trata de un aparato de resina
rígido, ajustado perfectamente a los dientes del paciente, que evita el
desgaste de los dientes y disminuye la sobrecarga muscular.
Para el tratamiento del bruxismo, es importante tanto el
abordaje multidisciplinar como concienciar al paciente ya que “el bruxismo es más un síntoma que una
enfermedad, y refleja un estado de ansiedad importante. Además del tratamiento
con férula, el paciente ha de ser consciente que debe cambiar sus hábitos y su
estilo de vida.”
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