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26 de junio de 2012

Buenos hábitos para evitar trastornos de la alimentación

Cada vez son más los adolescentes que presentan una relación desordenada con la comida, tratan de evitar subir de peso efectuando una actividad física compulsiva o no comen adecuadamente.

¿Te has preguntado cuáles son los hábitos de alimentación en tu casa?. ¿Que lugar ocupa comer en tu vida? 

 La búsqueda de una imagen corporal determinada que encaje con los modelos de este mundo induce a muchos jóvenes a abandonar su autoestima comparándose con personas "no reales". Pero si desde niños involucrasemos a nuestros hijos en la preparación de la comida y les enseñasemos a reconocer imágenes corporales realistas, podríamos mejorar su desarrollo mental saludable y fomentar en ellos hábitos que les serían útiles a lo largo de toda su vida.

Parece difícil pero planificar la alimentación en el hogar puede facilitar unos buenos hábitos y animar al mismo tiempo a consumir alimentos sanos.


No todos los niños/jóvenes son iguales puede que algunos sean mas rechonchos, pero todos pueden crecer saludablemente si comen los alimentos adecuados, saben apreciarlos y hacen suficiente ejercicio.

Para ayudarles a comer saludablemente:
- Enseña a los niños a comer cuando tienen hambre y no por razones emocionales. 
- Hazles saber que no hay ninguna buena razón para pasar hambre. 
- No destaques siempre la imagen física, o te quejes de su forma o tamaño. 
- Haz un plan de comida sano y asegura un entorno rico en frutas y verduras en tu hogar.

Como saber si un joven está en peligro:
Se pueden observar indicios de que algún joven cercano padece un trastorno alimenticio cuando cuenta obsesivamente las calorías de lo que come, come solo alimentos bajos en grasa o alimentos dietéticos, va al baño inmediatamente después  de comer, dice que está gordo/a, cuando de hecho está muy delgado, abusa de laxantes, se pesa constantemente y hace ejercicio en exceso.

Además de este problema también están los que padecen de atracones, rechazo a la comida, fobias alimentarias y síndrome de alimentación selectiva.

Los trastornos alimenticios  también pueden tener una dimensión emocional y derivar de una profunda necesidad de sentirse aceptado o reconocido en su entorno. Cuando sospechemos que hay motivos para ello, es bueno proporcionarle al joven el apoyo (o ayuda especializada) necesario y contribuir con nuestro cariño, reconociendo su propia valía independientemente de su forma física, prestándonos a escucharlo y  apoyarlo en lo que necesite.

No olvides que el crear unas prácticas saludables de alimentación en el hogar desde niños, ayudará a prevenir muchos trastornos alimenticios futuros.




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