La decisión
de perder peso, ponerse en forma o equilibrar ocio y trabajo, es a menudo una decisión personal y
privada.
No obstante, cuando empezamos a poner en práctica nuevos hábitos o cambios en nuestra rutina diaria, solemos toparnos con cierta respuesta por parte de los demás.
Lo que hacemos afecta de forma muy sutil a los que nos rodean, y las reacciones de familiares y amigos tal vez no sean las que hubiéramos deseado. Sin querer, otros pueden llegar a debilitar nuestra determinación de incorporar nuevos hábitos a nuestra vida que nos ayuden a alcanzar metas de mayor bienestar.
No obstante, cuando empezamos a poner en práctica nuevos hábitos o cambios en nuestra rutina diaria, solemos toparnos con cierta respuesta por parte de los demás.
Lo que hacemos afecta de forma muy sutil a los que nos rodean, y las reacciones de familiares y amigos tal vez no sean las que hubiéramos deseado. Sin querer, otros pueden llegar a debilitar nuestra determinación de incorporar nuevos hábitos a nuestra vida que nos ayuden a alcanzar metas de mayor bienestar.
¿Alguna vez
has experimentado alguna de estas situaciones?
- Has decidido ir al gimnasio al acabar el trabajo y tus amigos insisten en que les acompañes de copas.
- Sales a cenar con una amiga que insiste en que compartas su postre cremoso de chocolate, insistiendo en que te mereces un premio por lo bien que cumples con tu dieta. Un poquito de algo bueno no puede hacerte daño, ¿no?
- O, vas a casa de tu madre a cenar y te ha preparado tus platos favoritos (que, claro está, engordan un montón); ¿se ofenderá mucho si no repito?.
- Estás a punto de ir al gimnasio el domingo por la mañana y tu pareja te convence que salir a comer sería un plan mucho más agradable, que después de una semana muy liado apenas habéis tenido tiempo para estar juntos.
Sin
quererlo, parece que todo el mundo que nos rodea intenta sabotear nuestros
esfuerzos. Nos prometemos que haremos
ejercicio en otro momento o que mañana pondremos especial cuidado en las
comidas. Pero si esto se repite
demasiadas veces no conseguiremos los resultados deseados, nos frustraremos y
tal vez nos demos por vencidos. ¡Y
encima nos culparemos a nosotros mismos por nuestra falta de
disciplina!
Esto no debería ser así.
Si supiésemos como anticiparnos a las situaciones y priorizásemos lo importante para nosotros, estaríamos preparados para evitar la presión social que nos desvía de nuestro camino hacia el bienestar y la salud.
Si supiésemos como anticiparnos a las situaciones y priorizásemos lo importante para nosotros, estaríamos preparados para evitar la presión social que nos desvía de nuestro camino hacia el bienestar y la salud.
A continuación, te
doy unas ideas para evitar que la presión social te separe de tu camino saludable:
1. Informa a
la gente importante de tu vida de tu intención de adoptar unos hábitos más
saludables y explícales cómo pueden ayudarte.
Si no les comunicas a los que te rodean lo importante que es para ti
esta decisión y les explicas con claridad lo que deberían y no deberían hacer
para apoyarte, ellos no tienen por qué saberlo.
2. Apunta tus
sesiones de ejercicio en tu agenda como si fueran citas de trabajo, amigos, familia. Cuando te inviten a participar
en actividades que sean incompatibles con tu plan, explica que tienes un
compromiso previo. Averigua si pueden
cambiar sus planes para adaptarse a los tuyos.
3. Se práctico
a la hora de evitar planes que te desvíen de tus metas. ¿Salir a cenar con amigos? Elige tú el lugar, asegurándote de poder
escoger un plato saludable. Comunícale a
tu madre con tiempo que estás intentando comer de forma más sana y sugiere que
prepare un plato que se ajuste a tu plan.
Si el viernes es cuando sales con los amigos de copas, acude al gimnasio
por la mañana temprano o a la hora de comer.
4. Mantén tu
visión de salud y bienestar en mente a todas horas y muéstrate educado pero
firme en tus decisiones. Cuando los
amigos o familiares intenten tentarte con comida, o que te saltes una sesión
del gimnasio, recuérdales lo importante que es para ti. No prediques ni intentes cambiar a los demás,
simplemente recuérdate a ti mismo lo bien que te sientes cuando has cumplido
con tus planes.
5. Sé flexible.
Habrá momentos en los que reprogramar la sesión de ejercicio o comer en
restaurantes con pocos platos de dieta resulten más difíciles. Recuerda que puedes equilibrar la alimentación
y el ejercicio con el principio 80/20.
Si el 80% del tiempo cumples con lo previsto, el 20% de desviación no
dará al traste con todo tu esfuerzo.
Recuerda que tus familiares y amigos quieren que te sientas feliz. Hacerles formar parte de tu proceso aumentará
notablemente tus posibilidades de éxito.
¿Que estrategia conoces y que otras nunca has puesto en práctica?.
Te sugiero que utilices los consejos que puedas ver aplicables a tu situación actual y que intentes ponerlos en práctica cuando exista un peligro de sabotear tus intenciones. Los esfuerzos se verán recompensados con una mejor salud.
Te sugiero que utilices los consejos que puedas ver aplicables a tu situación actual y que intentes ponerlos en práctica cuando exista un peligro de sabotear tus intenciones. Los esfuerzos se verán recompensados con una mejor salud.
Y si lo
deseas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para contarnos tu
experiencia, consultar tus dudas o lograr la mejoría que deseas!.
1 comentarios:
Lo peor que una puede hacer es aislarse de los demás y no tener vida social. Por el contrario creo que cuando uno intenta algo como adelgazar y cuenta con el apoyo de verdaderos amigos y familiares, los resultados son mejores por la motivación que ellos pueden transmitir.
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