El día que decidí hacer algo para ocuparme de
mi salud me di cuenta de que estaba atada a malos hábitos y rutinas que necesitaba
renovar, aunque no supiese por dónde empezar.
Una rutina es algo que se hace
inconscientemente y por tanto muchas veces ni me daba cuenta de cómo muchos hábitos estaban perjudicando seriamente mi salud. Por
ello, lo primero que tuve que hacer es poner atención a como desayunaba, como dormía, con que ropa
me vestía, como me entretenía, en fin, todo aquello que estaba automatizado en mi vida y
hacía porque sí.
El paso siguiente, fue ir sustituyendo paulatinamente algunos
de esos malos hábitos que me hacían sentir mal por otros. Hoy os quiero regalar alguno de los que a mi me sirvieron para que los puedas valorar. Quizá los veas como detalles sin relevancia, pero persistir en ellos aumentó mi energía y me ayudó a crear la vida más saludable de que hoy disfruto.
1º Levántate
con tiempo
Toma conciencia de cómo te levantas cada día.
Mucha gente se levanta con la hora pegada, apagando y reprogramando el despertador sin cesar, sin tener nada preparado y desayunando un café bebido dentro o fuera de su casa. Este tipo de costumbres tensionan la mente y el cuerpo, y en definitiva, disparan el cortisol la hormona vinculada al estrés.
Quizá lo veas obvio pero ¿como vamos a saludar con ánimo a nuestros compañeros, hacer nuestro trabajo con eficiencia, tomar decisiones saludables sobre comida, si estamos desorientados y llenos de estrés desde primera hora de la mañana?
Tomar la costumbre de acostarnos 15 minutos
antes cada día o adelantar 15 minutos el despertador otorgara un margen pequeño pero
suficientemente amplio para el inicio con mas holgura de la mañana, que permitirá comenzar el día con mayor fluidez y confianza. Conforme experimentes más beneficios, irás aumentando el margen de estas nuevas rutinas y sintiéndote mejor.
2º Ten
un plan y cíñete a él. Yo nunca hacía deporte
por la mañana porque tenía la convicción de que no me daba tiempo. Sin embargo,
llego un día que sentí que la mañana era un momento ideal para no fallar. Entonces me propuse realizar una
rutina de 15 minutos solo durante una semana, y tan sólo durante 3 días. La
idea era correr entre 5 y 15 minutos progresivamente. Así comencé mi primer
entrenamiento de running. El objetivo era tan pequeño que me parecía
ridículo, y lo realicé durante 4 días, esto hizo que me sintiese mejor al
terminar la semana, habiéndome ejercitado durante una hora. Paradojicamente, consumir tiempo en mi salud me hacía ser mas eficaz y por tanto disfrutar de más tiempo durante el día.
Comienza con un plan de ejercicio muy pequeño,
puede tratarse de hacer una serie de 20
estiramientos, saltos, 10 minutos de carrera, etc. Sea lo que sea cíñete
a ese plan y repite, repite,… el cerebro comenzará a observar los efectos
placenteros de las endorfinas que generas y te será más fácil adherirte a tu rutina aumentando paulatinamente al sentirte mejor.
3º Medita antes de empezar el día.
Una de las rutinas por las que me siento mas agradecida ha sido la de descubrir la meditación. Unos minutos, mejor 20 que 10, pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la disponsición para fluir y cocrear tu día. Existen multitud de métodos prácticos, Apps de Internet y
libros de inicio sencillos para comenzar. Personalmente me gusta recomendar "El pequeño libro del Mindfulness" (Entrenamiento de la atención plena en rutinas cotidianas) .
Dedicar unos minutos al encuentro con uno
mismo es un hábito sencillo que puede obrar verdaderas maravillas en la vida.
4º Incluye
algún alimento crudo en tu desayuno.
Tomar un puñado de frutos secos horneados, zumos de manzana, naranja y zanahoria, o mejor una fruta fresca, incrementa la
resistencia a enfermedades, rejuvenece y da más luminosidad a la piel.
El azúcar presente en la fruta es preferible a cualquier azúcar refinado que se
encuentre en galletas o bollería que perjudica nuestros dientes, nuestra figura y genera una sensación de hambre desmesurada al poco tiempo de haber
desayunado.
Si necesitas más energía opta por hidratos de carbono complejos
como el pan integral de semillas o cereales, y acompañalo con proteínas como pavo, jamón o huevo con un poco de aceite de oliva.
5º Llena
tu casa de comida y bebida saludable
Si tomas un día para apuntar todas las bebidas
que consumes en un día y compruebas el etiquetado, te sorprenderás de la cantidad de azúcar,
sodio y otras sustancias no nutritivas que estás poniendo en tu cuerpo por el
mero hecho de beber.
Muchos de los cafés, refrescos y otras bebidas
que ingería en el pasado eran malos hábitos que había adquirido por el hecho de no
tener otra cosa mas a mano y los recursos para calmar mi hambre de comida y actividades que realimente me satisfaciesen.
Un consejo simple pero que muchas veces no se nos ocurre, es beber un vaso de agua antes de consumir una bolsa de
fritos, dulces o chocolates que suelen dejarnos aún mas hambrientos y sedientos y hacer que
consumamos más calorías de las que podíamos necesitar.
Convierte el agua en tu bebida de primera
elección. Verás como tu peso disminuye paulatinamente.
6º Aprende a escuchar tu cuerpo. Observa tu
ritmo y no te excedas.
Tomate un momento para comprobar como estás.
¿Cómo se siente tu cuerpo justo en este momento?
¿Cómo se siente tu cuerpo justo en este momento?
Si gozas de buena salud el análisis de
los síntomas puede resultar más sutil:
¿Tensión en el cuello? ¿dolor de espalda? ¿dolor de cabeza? ¿cansancio?.
¿Tensión en el cuello? ¿dolor de espalda? ¿dolor de cabeza? ¿cansancio?.
Ya sea por los síntomas derivados de una patología, molestias menores o simple curiosidad sobre como aumentar tu vitalidad hay una buena noticia:
¡tu cuerpo puede convertirse en tu mejor aliado!.
Nuestro organismo está bien equipado con
mecanismos de reparación naturales que además se encuentran muy influenciados por los pensamientos, los sentimientos y las emociones. Por
ello, date cuenta de aquellos pensamientos negativos que pueden estar minando tu ánimo y tus rutinas.
Cuando dejé de fumar aprendí a observar los pensamientos que me hacían coger un cigarrillo a pesar de que mi voz interior saludable intentaba que la escuchase susurrando: ¿por qué te maltratas? ¿ no ves que mal te sienta?..¿notas como te mareas?...pero mi "voz disfrutadora" tenía mas volumen y me respondía : “bueno, tan solo es uno mas,.. todo el mundo lo hace..sino, ¿con quién vas a hablar..”?. Cuando aprendí a identificar esas respuestas automáticas, victimistas, negativas, etc., me di cuenta de que eran solo eso.. “frases, creencias antiguas y miedos” y que no estaba obligada a seguirlas, ni a permitir que controlasen mi vida.
Cuando dejé de fumar aprendí a observar los pensamientos que me hacían coger un cigarrillo a pesar de que mi voz interior saludable intentaba que la escuchase susurrando: ¿por qué te maltratas? ¿ no ves que mal te sienta?..¿notas como te mareas?...pero mi "voz disfrutadora" tenía mas volumen y me respondía : “bueno, tan solo es uno mas,.. todo el mundo lo hace..sino, ¿con quién vas a hablar..”?. Cuando aprendí a identificar esas respuestas automáticas, victimistas, negativas, etc., me di cuenta de que eran solo eso.. “frases, creencias antiguas y miedos” y que no estaba obligada a seguirlas, ni a permitir que controlasen mi vida.
Pon atención a tus pensamientos más vehementes y aprende a dejarlos ir, a sentirte bien con el malestar, y dejar que tu
mente automática, asustada o caprichosa no triunfe sobre tu yo más saludable.
¿Quieres
seguir leyendo consejos clave que cambiarán tu salud y tu
vida?
Te
emplazo a mi siguiente post! 😊
0 comentarios:
Publicar un comentario