Lo que importa es el interior.
Susana había crecido en un entorno donde se resaltaba mucho el aspecto físico (su madre trabajaba en una revista de moda) y había adquirido la creencia de que “la comida era algo prohibido para estar bella”. Sus padres trabajaban mucho y, aunque querían estar cerca de ella, no tenían tiempo para comer en familia entre semana. Susana se tomaba lo que había preparado para comer y casi siempre, mucho mas!. Cuando comenzamos la fase de “descubrimiento” la chica comenzó a dejar salir mucho enfado, vergüenza, rabia, sentimientos contradictorios con respecto a ella y su cuerpo, contra su madre y sus dificultades en casa.
A esta convicción se llega antes o después. Distinto es la situación
que viven muchos adolescentes que influidos por el entorno, la familia, las redes
sociales, etc. sobredimensionan su imagen generando una percepción muy negativa
de si mismos que impacta en su desarrollo saludable.
Caso real
Hoy quiero compartir el caso de Susana, una chica adolescente
de 16 años con la que trabajé en un proceso de Coaching de Salud. Sus padres me
llamaron porque estaban preocupados por su mala alimentación y su peso, y preferían
prevenir problema a tiempo que luchar contra una más que probable obesidad
futura.
Indicarle lo que era mejor para ella ( “come menos, haz algo
de ejercicio, sal mas…etc.”) no les estaba dando resultados, y solo generaba enfrentamientos y discusiones.
Descubrimiento
Susana había crecido en un entorno donde se resaltaba mucho el aspecto físico (su madre trabajaba en una revista de moda) y había adquirido la creencia de que “la comida era algo prohibido para estar bella”. Sus padres trabajaban mucho y, aunque querían estar cerca de ella, no tenían tiempo para comer en familia entre semana. Susana se tomaba lo que había preparado para comer y casi siempre, mucho mas!. Cuando comenzamos la fase de “descubrimiento” la chica comenzó a dejar salir mucho enfado, vergüenza, rabia, sentimientos contradictorios con respecto a ella y su cuerpo, contra su madre y sus dificultades en casa.
Hábitos
Tocaba revisar su entorno y como éste favorecía sus rutinas
saludables, su alimentación y sus hábitos de sueño. Después del trabajo con varias herramientas de coaching identificamos que el desequilibrio entre lo
que la chica comía, lo que dormía y como cuidaba a su cuerpo estaban afectando a su
ánimo y su salud. Demasiado refresco, azúcares, galletas etc., demasiado instagram y escasa vida social (real). Al mismo tiempo se dio cuenta de que estaba atrapada en la
comida emocional, en un deseo por escapar de la presión de tener una imagen
poco realista (y a veces manipulada) de si misma, al compararse constantemente
con estándares de belleza irrealistas. Por ello, practicamos diferentes dinámicas para descubrir sus fortalezas, sus aficiones, sus talentos, etc. que a través de ejercicios y compromisos le ayudaron a que comenzase a ver que podía valorarse más allá
de su aspecto físico.
Familia
El trabajo con la madre fue especialmente importante, ya que pasaba mucho tiempo fuera de casa. Uno de los hábitos que comenzó a practicar es el de desayunar con su hija antes de irse al trabajo. Fue importante descubrir que su misión no era
esconderle los dulces o regañar a su hija cuando desaparecían las galletas, eso era totalmente
contraproducente, sino comenzar a planificar y convertir su hogar en un lugar
donde se pudiesen escoger alimentos saludables, se planificasen las comidas semanalmente y se implantasen unos horarios.
Reprogramación
subconsciente
Hacer el ejercicio mental de construir una imagen positiva de una misma, descubrir lo bueno que había en ella, entrenar su autoeficacia a través de pequeños retos,
etc. le dio el sentido que buscaba para atender mejor además a cómo y qué comía. Estar demasiado centrada en su aspecto
físico había hecho que Susana pasase por alto múltiples actividades y cualidades positivas de su alrededor, y también de
sí misma.
Plan de acción
¿Qué cosas brotaban de Susana sin esfuerzo? A
través de dinámicas de coaching corporal aparecieron cualidades como su
flexibilidad, su coordinación, sus ganas de fluir, etc. De hecho, pronto comenzó
a asistir a clases de patinaje y conoció una amiga de la que ahora no se
separa.
También iniciamos un proceso de reeducación de sus hábitos
de comida. El hecho de que ella decidiese abandonar los refrescos ayudada
de técnicas específicas de liberación emocional, entendiese y conociese como elaborar un desayuno saludable, practicase la alimentación intuitiva, etc. tuvo un
efecto inmediato sobre su peso. Perdió 8 kg en 6 meses lo cual hizo que se
animase mucho a la hora de comprarse nueva ropa y sintiese aumentada la seguridad en si misma.
Resultado
Susana descubrió que cambiar sus hábitos le proporcionaba un
cuerpo más fuerte, estilizado y sano, y le ayudo a fortalecer su identidad. Su madre me comentó que además sus hábitos higiénicos como vestirse en casa con otra cosa que no fuese el pijama, sus hábitos de higiene, y llevar ropa
limpia, etc. también habían mejorado.
El cambio de enfoque de la comida a la búsqueda de su
autoaceptación y el cambio de hábitos fueron los
escalones para que Susana y su madre pudiesen mirar por encima de sus críticas, y descubriesen que cuidarse y potenciar las aptitudes de cada persona, hace que
el cuerpo responda amablemente.